viernes, 16 de septiembre de 2016

Te concedo la libertad

Todo el tiempo dentro de mí sabía que jamás me perteneciste, sabía que la realidad era que estarías conmigo por un tiempo determinado, que algún día te irías y yo no podría hacer nada. Ese momento llego, aunque debo confesar que no estaba preparada aún para tu partida.
Cambiaste, ya no eras el mismo, me tratabas de una manera indiferente, tu mirada ya no era la misma, ya no lograba encontrar ese brillo que cada vez que me mirabas podía observar en tus pupilas. El tiempo paso y cada vez que estabas cerca de mí parecía que solo tu cuerpo se encontraba ahí, pero tu mente y tu alma vagaba por algún lugar. Yo lo sabía, tu cuerpo expresaba lo que tu boca jamás dijo. Me rompiste, me arrebataste el mundo que fui escribiendo en mis pensamientos dónde solo nos encontrábamos tú y yo.
Te concedo la libertad de ser feliz, de alejarte de aquí sin dejar marca en tu camino, no dejes marca para no poder seguir tus pasos y ver como haces una vida sin mí. No es que ahora tengas que irte, tú ya te habías ido, la diferencia transita en el que yo no iré detrás de ti esperando a que des la vuelta. Te concedo la libertad de ser tu mismo, pero corre, huye hasta que ya no puedas regresar, hasta que tu sombra se cubra en la neblina y desaparezcas de mi vida. No regreses, ya no des vuelta atrás, ya no juegues, ya no pienses en irte o no, toma la decisión ahora que he abierto las puertas y que cerrarán hasta que ya no pueda verte en el camino. No me busques, ya no pienses en volver, ni siquiera recuerdes porque los recuerdos se encarnan en la realidad, te toman para llevarte a la confusión. No permitas que nada cambie tu decisión, que nadie logre engañarte de hacer algo que no quieres; yo no te espero y no lo haré.
Por mucho tiempo te considere eterno, considere la posibilidad de un amor verdadero; me engañe, ahora puedo verlo. Me he puesto mil veces en tu lugar, te he visto como permaneces en este lugar solo por no lastimar, he visto tus ganas de volar, tus ganas de no estar más aquí a mi lado. Duele, pero el dolor es bueno para madurar, el dolor es indispensable para tomar mejores decisiones, para no pisar la misma piedra y tropezar.
Nunca te fui suficiente, siempre encontrabas un defecto suponiendo conocerme, digo suponiendo porque jamás observaste dentro de mí, jamás intentaste conocerme, navegar en mi mente, navegar en mis sentimientos, en mis sueños. Formaste una imagen en mí  que jamás definí por mi misma.
Y ahí estas en medio de la noche pensando como llegar a decir lo que te come por dentro, esa culpa que deseas vomitar, pero la cobardía te envuelve y la culpa te acurruca. No tengas miedo, tu decisión ya la tomaste, lo has demostrado. Cubre tus ojos y solo mueve los labios, no me veas al hablar y di que te vas.

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